Las mujeres de Riazán1 (1927) es un filme mudo, dirigido por Olga Preobrazhenskaya, que criticó la sociedad rusa prerrevolucionaria. Ambientada en Riazán, localidad pobre y rural ubicada aproximadamente a 200 kilómetros al sur de Moscú, fue el escenario elegido para conocer la vida de dos mujeres que simbolizan, al mismo tiempo, las cadenas del viejo orden y el triunfo de la Revolución.
Varias películas revolucionarias de la época planteaban la oposición entre progreso versus tradición. Siempre en una relación dialéctica, tal como lo vemos en Eisenstein (La Línea general o Lo viejo y lo nuevo, 1929), Dovzhenko (Tierra, 1930) y Pudovkin (Un simple caso, 1932), cuyo objetivo era superar el retraso del país asociado al viejo orden. Del mismo modo, Las mujeres de Riazán, amparada en la mencionada oposición, criticaba las costumbres conservadoras afines al patriarcado dominante en la Rusia profunda. No obstante, tal como se verá, el guion presenta una limitación: la línea ideológica del Partido Comunista.
La trama gira en torno a dos mujeres: Anna y Wassilisa, quienes encarnan la lucha entre el viejo y el nuevo orden. Anna es una campesina huérfana que vive con su tía Aliona. Pese a su juventud, es ofrecida en matrimonio a Iván, hijo de Wassily Shironine, un conocido terrateniente de Riazán. El trato es hecho entre el padre y la tía, sin el consentimiento de los jóvenes tal como dicta la tradición. El otro personaje importante en la historia es Wassilisa, hija de Shironine quien está enamorada de Nicolás, un herrero pobre. Como es de suponer, el padre se opone tenazmente al noviazgo, pero Wassilisa no se dejará amedrentar por su familia, aunque deba renunciar a sus privilegios de clase.
La película muestra con gran belleza la ceremonia nupcial de Iván y Anna. Aparecen carrozas tiradas por caballos ataviados con flores que transportan a los novios e invitados. Por un momento, parece una alocada boda filmada por Kusturica, sumergiéndonos en lo profundo del mundo eslavo. Luego, se lleva a cabo la liturgia según el sacramento ortodoxo junto a otras viejas costumbres2. No obstante, con el transcurso de los minutos, el ambiente se vuelve asfixiante por el trago, el humo y el calor. Quizás, lo anterior es un anuncio de lo que viene: Shironine, sin decoro alguno, se acerca más de la cuenta a la novia y acaricia sus manos, mientras Iván parece evadir el despreciable gesto de su padre mirando hacia otro lado. Lukeria (sirvienta de la casa y amante de Shironine), al percatarse, trata de zafar de la incómoda situación, obligándolo a reponer las reservas de alcohol para sus invitados. En ese momento, Shironine se encuentra con Nicolás que estaba escondido. Enfurecido, intenta golpearlo, pero Wassilisa se interpone con determinación; con la fuerza de su mirada. Así, empoderada y liberada, toma la iniciativa y declara que se casará con Nicolás, abandonando para siempre la casa.
No fue fácil para los jóvenes vivir juntos en aquella comunidad conservadora de Riazán que los humillaba diariamente. Se ve a Nicolás desmoralizado, pero Wassilisa siempre lo alienta y motiva para sortear las dificultades. Es una mujer fuerte, capaz de trabajar junto con su esposo en las labores de herrería, un mundo siempre gobernado por hombres. Es el canon deseado para las nuevas generaciones de mujeres soviéticas que pueden liberarse de la explotación (tutela masculina), tomando en cuenta una visión marxista clásica donde la alienación femenina se supera integrándola al mundo laboral. Así, durante los años veinte se estimaba que, con el gran impulso revolucionario, las ataduras impuestas por el patriarcado ya no restringirían la libertad de la mujer. Proceso cultural que posteriormente quedaría trunco con la llegada al poder de Stalin.
A continuación, la película retrata el ambiente previo a la Primera Guerra Mundial. Iván y Nicolás son reclutados por el ejército del Zar, período que Wassily Shironine aprovecha para acosar insistentemente a Anna. Hasta que ocurre la desgracia: el terrateniente viola a la joven campesina, resultando embarazada. Las mujeres que vivían en la casa, pese a tener conocimiento del abuso, la desprecian aún más y la obligan a trabajos forzosos. La contra parte, Wassilissa, en tanto, muestra la realidad idealizada de la mujer revolucionaria. Para ella la vida es dura pero perfecta, pues si bien su esposo retorna de la guerra, demuestra que durante su ausencia logra vivir emancipada de la tutela masculina. Manifestando, además, un claro compromiso con la comunidad, ya que lidera la construcción de un orfanato para el pueblo.
Luego de dos años, una carta de Iván anuncia que ha logrado sobrevivir a la guerra, provocando gran alboroto en su entorno familiar. Entonces, las mujeres, sin una pizca de humanidad, expulsan a Ana de la casa. Desamparada, busca apoyo en Wassilisa, sin embargo, su respuesta es bastante curiosa, pues si bien promete cuidar de ella y su bebé cuando finalice la construcción del orfanato, la tranquiliza diciendo que intercederá para que regrese a la casa del abusador. En ese momento, Anna sentencia su trágico destino.
Poco tiempo después, en plena celebración de Asunción de la Virgen, aparece Iván, y al enterarse de los rumores de infidelidad de su esposa, encolerizado, la maltrata fuertemente. Desconsolada, huye y se suicida arrojándose a un río. Si sirve de consuelo, en la última escena, el hijo de Anna es rescatado por Wassilisa y se aleja diciendo: “Iván, interroga a tu padre”. Cumpliéndose, entonces, la sentencia del historiador Marc Ferro (1980), refiriéndose a la esencia del cine soviético de los años veinte, donde siempre “las mujeres juegan un rol paroxístico determinante de sangre y muerte” (p. 42).
Finalmente, advertimos que la película sigue la línea ortodoxa que primó dentro del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), para el cual el feminismo era simplemente una desviación burguesa que distrae la atención de la Revolución3. Es decir, la indolencia de Wassilisa (dejar morir a Anna) revelaba que la solidaridad de género no resolvía el problema de fondo. Más bien, la única opción posible para la mujer soviética se encarnaba en la figura de Wassilisa. Esa mujer fuerte, independiente y decidida a quien todo le resulta bien, no sólo se hará responsable del hijo de Anna, sino de todos los huérfanos de Riazán. En efecto, en tiempos de Revolución, Wassilisa no ayudará a una mujer débil que no eligió ser libre y no luchó por destruir las cadenas del viejo orden.
Filmografía citada
Dovzhenko, A. (1930, 75 min). Tierra (Moscú: Vufku).
Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=zu-lj_t-ANNA
Eisenstein, S. (1929, 121 min) La Línea general (Moscú: Sovkino. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=UEDed0o7FYs&t=35s
Preobrazhenskaya, O. (1927, 88 min) Las mujeres de Riazán. (Sovkino, Moscú).
Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=p8O8vhVdjso&t=4497s
Pudovkin, V. Un simple caso (1932, 96 min) (Moscú, Meahrabpomfilm). Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=ABmcd40Rfuc
Bibliografía
Ferro, M. (1980) Cine e historia (Barcelona:Editorial Gustavo Gill)
Leyda, J. (1965). Kino. Historia del cine ruso y soviético (Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires).
Navailh F. El modelo soviético en Historia de las mujeres Duby, G & Perrot M. (España: Taurus).
1 El guion pertenece a Vishnevskaia y Altschuler, y la fotografía es de Kuznetso.
2 Vemos que la familia del novio se burla del humilde dote de la novia que consistía en un ternero.
3 Visión que se intentó erradicar a través del Jenotdel o Sección Femenina del Comité Central (1919). Instancia donde participaron famosas dirigentes, entre ellas Armand y Kollontai, quienes lucharon contra la discriminación y la desigualdad hacia la mujer soviética. Sin embargo, el Jenotdel nunca logró articularse como fuerza mayoritaria dentro del Partido Comunista, suprimiéndose en 1929 con Stalin.